Me encanta el blog Simply Breakfast, con fotos casi diarias del desayuno de Jennifer Causey (que además tiene otros proyectos fotográficos maravillosos). Y también las fotos de comida de Hilda Grahnat. Y las de Frida Salomonsson. Las fotos de las que hablo aúnan una comida aparentemente deliciosa y fotogénica, y a la vez son artísticas: muestran puntos de vista diferentes al que solemos ver cuando estamos comiendo, y eso las hace especiales.
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Simply Breakfast |
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Hilda Grahnat |
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Frida Salomonsson |
Con o sin puesta en escena, la comida que vemos en estas fotos es real. Por eso cuando Martin Parr afirma que fotografía "comida real" más bien parece referirse a comida que no ha sido preparada para ser fotografiada, comida sin vocación estética. Parr dedica su libro British Food a fotos de platos que no resultan nada apetitosos:
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Martin Parr |
En la vida cotidiana suele ocurrir que el hambre haga que te olvides de hacer la foto, o que las fotos en comidas de grupo se hagan siempre cuando los platos están ya sucios y vacíos.
Mis amigos (con especial mención a Isidro y Adrián) han adquirido la costumbre de esperar a que haga las fotos de la comida para empezar a comer. E incluso otros se han iniciado en el arte de hacer fotos a la comida. Se suele criticar a los modernos y a los hipster por fotografiar cada cosa que comen (y cada cosa que hacen). El otro día mi amigo Alfonso me envío esta imagen (izquierda), y mi hermana (algo obsesa también con la fotografía culinaria) esta otra (derecha). Hay que mencionar que mi hermana tiene una aplicación en el móvil en la que archiva las fotos de sus comidas de manera muy organizada...
Yo me postulo totalmente a favor de la fotografía de comida en cualquiera de sus vertientes: antropológica, moderna, social, gafapasta o cultural.