17 de noviembre de 2008

Control de Alcoholemia para teclear


Mail Goggles es la última invención del Imperio Google. Se trata de un programa que se activa cuando el usuario intenta mandar un correo electrónico (con Gmail) entre las 10 y las 4 de la madrugada los fines de semana. El programa consiste en resolver cinco sencillos problemas matemáticos, para comprobar el estado de embriaguez del emisor. Pretende evitar aquellos mensajes redactados bajo la euforia del alcohol, en concreto los relacionados con ex-parejas o compañeros de trabajo.

El nombre, un gracioso juego de palabras (goggles son en inglés esas gafillas tan poco atractivas que se usan en las piscinas), parece lo más interesante del nuevo invento.

Si, resulta de lo más estúpido. Sí, da la impresión de que ya no saben que más inventar.

Pero el caso es que ha tenido acogida. Los usuarios se han lanzado a contar historias acerca de aquel dichoso e-mail que le envié a Pepito y que ojalá nunca hubiera enviado. E incluso, opinan que el invento debería extenderse, con más razón, a los telefónos móviles.
Tal vez deberían plantearse dejar de beber. Tal vez deberían plantearse separarse un poco del ordenador. Tal vez deberían no mandar mensajes habiendo bebido.
En fin, todo menos imponerse una censura estúpida, y probablemente poco eficaz.

Se trata del público estadounidense, así lo refleja un artículo del New York Times, que parece salir de fiesta con el pórtatil o la PDA a cuestas.
Eso sí "si de tanto beber has perdido todas las habilidades motoras, Mail Goggles no te servirá de nada" dice un entusiasmado usuario. Gracias por la aclaración.

¿Llegó la decadencia del Imperio Google?

4 comentarios:

Unknown dijo...

"Indeed, the Mail Goggles program itself was born of embarrassment. A Gmail engineer named Jon Perlow wrote the program after sending his share of regrettable late-night missives, including a plea to rekindle a relationship with an old girlfriend"

Épico. En vez de llorar y lamentarse, el señor Perlow canalizó su frustración y se curró un programa informático para que nunca nadie más tuvise que pasar por la vergüenza del recontacto con una ex del que luego te arrepientes. Yo diría, incluso, que lo hizo con toda su buena voluntad, en un gesto de infinita bondad (aunque luego pueda sacarse unas pelillas). Ya me gustaría a mí tener esa visión y esa determinación.

Lo peor del programa no es su falta de sentido aparente, sino que, si se popularizase, nos quedaríamos sin cientos de miles de anécdotas como las que salen en el artículo. Y eso sería muy triste.

Guybrush dijo...

Sí, el de arriba era yo.

Ana-Cronista dijo...

Vaya, yo que creía que tenía un nuevo lector! (Esto decae...)

La idea es sencilla: tienes un problema, tratas de resolverlo. Y si sabes informática, da lugar a eso...si no sabes, seguirás siendo un creador de anécdotas.
Eso sí, después de esto, la piba seguro que ha vuelto con él.

Anónimo dijo...

Pues es cierto. Es decir... si la gente controlara lo que se mete en el cuerpo no haría tantas gilipolleces. Pero claro, es más cómodo meterse lo que sea y trasladar la responsabilidad a un programa informático. Y cuando este falle la culpa no será de las siete copas que me bebí voluntariamente, sino de Bill Gates...

Qué puritano ha quedado todo, ¿no?

Un beso!!!
Andrés